El envejecimiento es una parte inevitable de la vida y ciertamente no es algo malo. Con la edad viene la sabiduría y la experiencia, la familia y la comunidad. Mientras que a la mayoría le gustaría tener la capacidad de cuidar de sus seres queridos que envejecen, eso no siempre es una realidad. Esto hace que la seguridad laboral en la profesión médica sea una opción estable y trabajar en un asilo o en una comunidad de ancianos no es diferente.
Se necesita una persona especial para dedicar su vida al servicio de los demás y, las personas en el campo de la enfermería son esas personas especiales. Cuando eres nuevo en la profesión y buscas un trabajo en el que puedas crecer y sobresalir, una comunidad de ancianos es una elección obvia.
Dicho esto, las tareas dentro del trabajo de enfermería que se requieren de ti, combinadas con esa atmósfera de trabajo particular, pueden sentirse abrumadoras incluso para las enfermeras más experimentadas. Aquí hay 5 consejos para los nuevos enfermeros y miembros del personal que empiezan su carrera en residencias de ancianos, casas de reposo o comunidades de ancianos.
Lleve un pequeño cuaderno
Probablemente pensaste que tus días de tomar notas terminaron cuando te graduaste, pero cuando tienes mucha información para recordar, no es una mala idea anotar algunas notas. Esto es particularmente importante en el campo de la medicina, ya que un error puede poner en peligro la vida. Al menos, hazlo mientras te aclimatas al puesto y hasta que tus tareas se conviertan en algo natural.
No debes escribir ninguna información confidencial pero puedes tomar notas para ayudarte a recordar tus tareas. Anote cualquier pregunta que tenga o recordatorios sobre sus pacientes. Podrá aprender cosas nuevas y se sentirá menos estresado si tiene una lista de tareas.
Lea los planes de atención de su paciente lo antes posible
Podrá saber lo que hay que hacer y con qué frecuencia tendrá que realizar cada tarea si lee la tabla tan pronto como pueda. Cada plan de cuidado será diferente y podrás hacer preguntas a tus colegas si no estás seguro de algo. Esto te ayuda a mantenerte al día con tus tareas para no atrasarte ya que las cosas sin duda aparecerán.
Conoce a tus residentes
Casi te conviertes en familia de tus residentes. A menudo, estás más cerca de ellos que su familia real; te ocupas de su cuidado diario. Además, todos sabemos que no es fácil ser vulnerable o pedir ayuda. La gente que cuidas ha vivido vidas; han viajado, han tenido hijos y carreras, han pasado por experiencias buenas y malas.
Nunca es fácil confiar en otras personas, especialmente cuando te has cuidado a ti mismo o a otros y has tomado decisiones independientes durante toda tu vida. Debe ser difícil tener la incapacidad, ya sea mental o física, de seguir haciéndolo. Conocer a tus residentes les devuelve parte de esa autonomía y demuestra que los respetas. Esa consideración ayuda mucho a construir relaciones y a facilitar tu trabajo.
Manténgase organizado para ahorrar tiempo
Haz una lista de todo lo que hay que hacer para poder priorizar las tareas. A medida que vayas de habitación en habitación, anota qué suministros se están agotando. Nada te retrasa más que tener que hacer viajes extra para lo que necesitas. Lleve consigo guantes de repuesto u otras cosas que use frecuentemente para no andar corriendo a buscar suministros. Llegue al trabajo unos minutos antes y repase las notas del turno anterior para saber con antelación los cambios que se produzcan. Intenta anticipar lo que necesitarás para que puedas adaptarte a las cosas que no puedes anticipar.