Consejos esenciales para vender tu primera foto con Canvas

¿Te has preguntado alguna vez cómo entrar en el mundo de la fotografía comercial haciendo relación con el cliente canvas? Pues el camino más sencillo es el de las fotos de stock. Es el método más fácil y rápido para conseguir que tus imágenes se publiquen prácticamente en todas partes, desde sitios web hasta blogs e incluso folletos impresos.

Si estás interesado en probar la fotografía de stock pero no sabes por dónde empezar, aquí tienes consejos esenciales para ayudarte a vender tu primera foto de stock. No te preocupes, es más fácil de lo que crees.

Encuentra una buena cámara

Una buena cámara no tiene por qué ser costosa. Puedes empezar con una compacta o una cámara bridge si no tienes un gran presupuesto. Sólo recuerda leer las reseñas del modelo de cámara antes de comprarla, para poder elegir una con un objetivo excelente y un buen rendimiento ISO. En otras palabras, tiene que ser capaz de hacer fotos nítidas en diversas condiciones de luz.

Si tienes un poco más de dinero para gastar, considera la posibilidad de comprar una cámara DSLR o una sin espejo. No sólo tienen más funciones que las cámaras normales, sino que también tienen objetivos intercambiables, lo que te permite capturar una mayor variedad de escenas. También puedes comprar cámaras de segunda mano por menos dinero.

Invierte en un objetivo de calidad

El objetivo de kit (objetivo inicial) que viene con tu cámara DSLR hace fotos decentes para un uso habitual. Sin embargo, si haces zoom y observas las imágenes con detenimiento, te darás cuenta de que no son 100% nítidas.

La única forma de solucionar ese problema es comprar un objetivo de buena calidad. Puedes comprar objetivos con zoom de cámaras de cine antiguas. Aunque funcionan de forma muy parecida a tu objetivo de kit, suelen ser mejores porque están diseñados para un uso profesional y son bastante baratos hoy en día. Los mejores son los de 28mm-75mm y los de 35mm-75mm, que ofrecen un rango excelente para que puedas disparar desde cerca y desde lejos.

Una vez que tengas suficiente experiencia con los objetivos zoom, considera la posibilidad de utilizar un objetivo principal que no se acerque ni se aleje. Aunque parezca una mala noticia, la calidad de imagen de los objetivos fijos es muy superior a la de los objetivos con zoom. Hay muchas opciones, y las mejores son las de 35 mm y 50 mm para empezar.

Dado que lo más probable es que utilices una cámara con sensor de recorte, el uso de un objetivo pensado para una cámara de fotograma completo ampliaría tu escena 1,5 veces. Por lo tanto, un 35mm sería equivalente a un 50mm, mientras que el 50mm sería más bien un 85mm. Tenlo en cuenta a la hora de elegir un objetivo. Si te gusta fotografiar de cerca, elige un 35 mm. Si sueles disparar más lejos, entonces el 50mm sería perfecto.

JPEG es el formato de archivo por defecto que utiliza tu cámara para guardar y procesar tus imágenes. Comprime drásticamente los archivos para ayudarte a ahorrar espacio en la memoria y transferir los datos de un dispositivo a otro más rápidamente.

Esto es algo bueno, excepto cuando necesitas editar tus fotos. Al comprimir la imagen, existe el peligro de que se reduzca aún más la calidad de la foto si la manipulas en la fase de posproducción. En consecuencia, tus fotos de stock podrían acabar siendo rechazadas por tener un aspecto demasiado granulado o pixelado.

Puedes evitarlo disparando en RAW. Este formato de archivo ocupa mucho espacio en la memoria y no se puede ver fácilmente en el ordenador. Sin embargo, los archivos sin comprimir te permiten editar las fotos sin afectar a su calidad. Esto puede resultar especialmente útil en la fotografía de archivo, ya que es necesario retocar las fotos el 90% de las veces para cumplir con los estándares de las agencias de archivo.

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